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Aleš Michl, gobernador del Banco Nacional Checo (CNB), ha propuesto una iniciativa que podría llevar a la entidad a realizar una inversión histórica en Bitcoin. Según Michl, planea presentar un plan a la junta directiva del banco para destinar miles de millones de euros de las reservas del país a la criptomoneda, lo que haría del CNB el primer banco central occidental conocido por poseer activos en criptomonedas.
En una entrevista con el Financial Times, Michl explicó que su objetivo es diversificar las reservas del banco, que actualmente ascienden a 140 mil millones de euros, y que su propuesta contempla invertir hasta un 5% de esos fondos en Bitcoin. "Para la diversificación de nuestros activos, Bitcoin parece una buena opción", afirmó Michl, reconociendo que esta criptomoneda ha ganado mayor interés entre inversores globales, especialmente después del lanzamiento de fondos cotizados en bolsa (ETF) vinculados a Bitcoin por empresas como BlackRock.
A pesar de reconocer la alta volatilidad y el historial limitado de Bitcoin, Michl señaló que la tendencia a largo plazo podría ser favorable, independientemente de las regulaciones o influencias políticas. Destacó que su enfoque sobre el Bitcoin es diferente al de la mayoría de sus homólogos en los bancos centrales europeos, y se autodenominó un "pionero" en esta propuesta. "Solía dirigir un fondo de inversión, así que, diría, me gusta la rentabilidad", expresó Michl, subrayando su experiencia en el ámbito de la inversión.
Aunque la propuesta es arriesgada, Michl está dispuesto a asumirla. Señaló que la diversificación del portafolio es su principal meta y que, si Bitcoin resulta ser una buena opción, vale la pena considerarla. No obstante, reconoció que existe la posibilidad de que el valor de la inversión en Bitcoin pueda reducirse a cero, pero agregó que el banco tiene experiencia en gestionar malos resultados de inversiones, citando ejemplos como las acciones de Enron o Wirecard.
Si el plan de Michl es aprobado, el CNB se sumaría a una corta lista de países que respaldan el uso de criptomonedas a nivel gubernamental, como El Salvador, que hizo del Bitcoin una moneda de curso legal en 2021. Michl también sugirió que, en los próximos cinco años, otros bancos centrales podrían seguir su ejemplo, como ya lo han hecho algunos fondos de inversión y bancos comerciales que han añadido criptomonedas a sus carteras.